Yo no había probado a hacer ninguno de ellos hasta ahora, que he aprovechado que mi madre tenía ganas de pasarnos la receta y hemos montado toda una cadena de montaje en la cocina.
La verdad es que no es difícil de preparar, lo más engorroso es darles la forma, si haces el doble de está receta (que es lo que hicimos para que salieran bastantes)¡¡ tendrás trabajo para rato!!
INGREDIENTES:
- 1 Vaso de aceite de oliva
- 1 vaso y medio de vino blanco
- Matalauva (Anís en grano)
- 1 Chupito de anís del mono.
- Harina (la que acepte)
- 1 pizca de sal
- PARA EL MELADO:
- Medio kilo de azúcar
- Una taza de agua
En una olla echamos el aceite de oliva y lo calentamos, para comprobar que esté en su punto añadimos un trozo de pan y cuando esté dorado lo apartamos. Cuando esté frío añadimos la matalauva, el vino y el anís.
Lo pasamos a un bol y añadimos una pizca de sal y la harina poco a poco, removiendo hasta que la masa se despegue de las paredes y se pueda trabajar con las manos.
Cogemos pequeñas bolitas y las estiramos con el rodillo, unimos los dos extremos laterales en el centro dándole así la forma del pestiño.
Ponemos una sartén con bastante aceite de girasol y los vamos friendo (echándolos en la sartén con la doblez hacia abajo para que no se abran). A continuación, las melamos.
Para el melado, ponemos en un cazo una taza de agua con el azúcar y removemos hasta que al levantar la pala caiga un hilo uniforme. Bajamos el fuego y vamos melando los pestiños uno a uno y poniéndolos en una bandeja.
Si el melado se va secando vamos añadiendo agua y azúcar según se vea.
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