Hace tiempo que quería probar a hacer este tipo de bizcocho y aproveché un reencuentro entre amigas para "experimentar" con ellas...aunque al final no salió tan mal del todo porque no dejamos mucho en el plato! Hace tiempo que me hice con un libro que todos los que empezaban en la cocina me recomendaban: 1080 recetas de Simone Ortega en el que te puedes perder entre sus recetas, pero lo que más me gusta es que te explica las medidas típicas que se toman en la cocina y te facilita un calendario con los alimentos (carnes, verdura, pescado) que puedes consumir cada mes del año, aprovechando así, los tesoros alimenticios de cada temporada.
Además, te configura un menú semanal para todo el año según esos alimentos...vamos, todo muy bien masticadito!!
INGREDIENTES:
- 125 gr de mantequilla
- 200 gr de azúcar
- 3 huevos
- 1 vaso (de los de vino) de leche
- 250 gr harina fina
- 1 cucharada (de las de café) de levadura en polvo
- 2 cucharadas soperas de chocolate o cacao en polvo
- Un pellizco de sal
En un bol se ponen la mantequilla blanda con el azúcar; se mezcla bien y se añaden las 3 yemas de huevo, la leche y finalmente la harina tamizada y mezclada previamente con la levadura.
Por otro lado se montan las claras a punto de nieve, con un poquito de sal, y se agregan a la mezcla anterior con movimientos envolventes para que se oxigene la mezcla.
Se separa la mezcla en dos y a una de ellas le añadimos el cacao. Untamos de mantequilla un molde alargado y espolvoreamos con harina; y añadimos las dos masas alternando parte blanca y chocolate.
Yo iba justa de tiempo y lo puse alto, consiguiendo que a media cocción reventara por arriba; aún así quedó bien, pero parecía un pan más que un bizcocho!
Como en cualquier otro bizcocho, se pincha y si sale limpio lo tenemos listo, dejamos templar y se vuelca. Para la próxima lo haremos con más tiempo, que como en todo en la vida, las prisas no son buenas!